martes, 27 de septiembre de 2011

Como una novela


Hace años que me recomendaron este libro, de Daniel Pennac, pero entre tanta lectura recomendable para el trabajo y tanta lectura apetecible para el entretenimiento, quedó ahí, no olvidado, pero en espera...
Hace poco, en el blog Carmen y amigos, aparecía este libro y me propuse leerlo.
Ha sido todo un acierto leerlo en el inicio de curso. Estoy de acuerdo con lo que dice, ya hemos defendido esas ideas en muchas ocasiones, como enseñantes y como padres... pero es bueno leerlo, volver a reflexionar y afirmarse en ello, inspira, da confianza y argumentos en la defensa de una forma de ver la educación que por desgracia a veces, se está perdiendo...
Buscando por la red he encontrado este blog en el que se hace algo más que la reseña del libro: Confieso que he leído, un análisis y comentario muy completo.
Pero yo voy a entretenerme sólo un poco en algunas ideas que dado el momento me llaman más la atención. Tengo a mis alumnos de cinco años comenzando a disfrutar de la lectura y quiero que lo sigan haciendo. Así se lo he transmitido a los padres y quizá les vendría bien leer este libro...
Comienzan a escribir y leer y eso les produce mucha satisfacción. Pero no todos dominan ya el código, leen y escriben también los que no lo dominan, porque lo importante es la creación y el contenido... porque en el esfuerzo que supone leer y escribir hemos de acompañarle, sin prisas, sin amenazas, sin sobornos...
No podemos abandonar a nuestros primeros lectores. Hemos de participar en el placer de leer.
Describe la angustia de los padres ante la lentitud de ese proceso que se da a veces... nosotros, pedagogos, somos unos usureros. Poseedores del saber, lo prestamos a interés. Tiene que rendir. ¡Y rápido!...
...Eramos su cuentista y ahora somos su contable...
Cuando supera la mecánica de leer y parece que vuelve a recuperar el gusto por la lectura, entonces le damos la ficha de lectura ¡Cielos! ¡Ya se les da en Infantil!
He vivido esa etapa como madre y he sufrido al ver que después de pasarlo en grande leyendo un libro, había que ponerse a rellenar una ficha...
Y más tarde también llega la etapa de grandes trabajos y de exámenes de libros...
Enfoca esta etapa con sentido del humor, pero también con muchas verdades: ...la mayor parte de las lecturas que nos han formado, no las hemos hecho a favor, sino en contra...
Da ideas y esperanza:
...¿Y si en lugar de exigir la lectura, el profesor decidiera de repente compartir su propia dicha de leer?
Es un libro de pocas páginas, pero de mucho valor e interés y desde luego, recomiendo leer tanto a padres como a mis amigas profesoras pero por supuesto a cualquier lector, que seguro está de acuerdo con el interesante decálogo: Los derechos del lector.

5 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Anda, no lo conocía pero parece muy interesante. Tengo que investigar más.
Bssssss
Cloti

La Reyes dijo...

Hola! gracias como siempre por tu información, no sabia de la existencia de este libro, pero lo buscaré, que tengas buena semana, Reyes.

Zamarat dijo...

Lo leí hace unos años y me pasó como a ti: me encantó. Corto y al mismo tiempo tan completo!
Abrazo!

momentoparapensar dijo...

Cloti, seguro que te gusta.
Reyes, te deseo a tí también buena semana.
Zamarat, tienes razón, corto y completo!
Besicos.

Elia dijo...

De nuevo a visitarte, ver tus novedades, tus propuestas...
te deseo un gran día,

eljardindemiduende

(gracias por tu visita)