Aprovechando trozos de tela comencé hace tiempo a hacer hojas
sin una idea muy concreta sobre lo que iba a hacer con ellas.
Este verano me decidí a montarlas sobre una tela de lino de las que se "heredan" de las abuelas.
Pespunte a pespunte, aprendiendo poco a poco la técnica del acolchado a mano,
permitiéndome ir por dónde quería.
Una gran hoja de hojas acabada durante el invierno.
La verdad es que ha sido tan entretenido que casi tuve pena de acabarlo.